Recorriendo la Ciudad de México, desde los barrios más pobres hasta los opulentos, el transeúnte corre diversos riesgos, dos de ellos relacionados con el lenguaje. El primero son las groserías y el segundo es más profundo, ya que pone en entre dicho la habilidad de los involucrados: el albur.
Éste puede definirse como un juego de palabras donde se utiliza el doble sentido; el que habla trata, a toda costa, de dominar a su escucha mediante palabras o señas.
El uso de este lenguaje codificado nace por una necesidad: los indígenas, ante la represión moral de la Iglesia española, buscaron eludir la censura de sus expresiones picarescas, sexuales y también religiosas.
La madre del albur es el cucuechcuicatl mexica (“canto de cosquilleo” en español), lleno de alusiones eróticas en doble sentido. Su padre es la majadería española, popularizada por los conquistadores.
La urgencia de expresar nuestros deseos libidinales a través de un código lingüístico sigue vigente. El mexicano no habla abiertamente de sexo, pues sus costumbres morales lo reprimen, pero da a conocer sus deseos a través de las metáforas.
En la actualidad, el doble sentido y las metáforas son prácticas comunes en el país. Por ejemplo, un plátano pierde sus cualidades frutales, pero adquiere un valor fálico. Cosa similar sucede con un anillo, el cual deja de ser una joya para convertirse en una figura anal.
No hay mucho que explicar sobre la estructura del doble sentido, actualmente hasta un niño puede dar lecciones sobre éste. El albur ya no tiene exclusividad dentro de algún género, edad o clase social; lo único necesario para entrar en el juego lingüístico es saber español, tener una imaginación amplia y no temerle a los “pelos en la lengua”.
El albur tiene muchos practicantes, hay quienes lo hacen con grosera desfachatez o con la habilidad de un poeta. Es un buen ejercicio para la imaginación, aunque yo mejor no compito porque me comen el mandado.
Irvin Yacir Lujano Cruz
La verdad no conocía nada de... bueno no conocía el porque del albur jaja aunque la verdad, soy de las personas que suelen alburear a otros pero no a tal grado que se escuche tan obsceno, otro buen articulo tienen temas interesantes a tratar hehehe!!! suerte no cabe duda que aprendi algo jajaja
ResponderEliminarEs una debilidad el albur para quien no lo conoce porque termina ultrajado sin darse cuenta y todos hemos sido víctimas, sin embargo la mayoría terminaremos activando aquella parte de nuestro cerebro que encuentra ese doble sentido la palabras. Con el tiempo desarrollaremos susodicha habilidad(lo cual es una maldición porque terminas siempre encontrando ese doble sentido) y la podremos aplicar......
ResponderEliminarExcelente dato histórico
Ja ja ja , el albur ya es parte del folklore mexicano, de vez en cuando se le escapan a uno este tipo de dichos , frases ( como quieran decirle) para entrar en ese juego de palabras en el que sale perdiendo el que tiene menor imaginación!,cabe recalcar que no necesariamente se tiene que ser vulgar para poder "alburear"!; si se sabe aplicar bien el doble sentido es la llave de la seducción! jajaja, muy buen ensayo! gracias por el aporte (histórico)
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